sábado, 4 de enero de 2014

ARTICULO DE OPINION: MILERANISMO Y PENDONES

Milenarismo y pendones
Cada 26 diciembre el Ayuntamiento de Almería se viste de gala para celebrar
lo que conocemos como Día del Pendón, en memoria de aquel día en que las
tropas castellanas ocuparon la ciudad e hicieron ondear su bandera.
No somos los andalucistas quienes queremos cambiar la historia, tampoco
reescribirla, pero sí que siempre hemos demandado una mayor coherencia en la
interpretación de unos hechos que nos quedan lejanos.
En estos momentos, la tradicional celebración se nos antoja especialmente
inadecuada habida cuenta de que es el propio Consistorio quien se afana en
organizar la celebración de los mil años des la fundación de Almería.
La ciudad fue fundada en 955 d. C. por Abderramán III y desempeñó un papel
fundamental durante el califato de Córdoba, llegando a ser el puerto más
importante del al-Ándalus omeya. Posteriormente, cuando fue una taifa en el
siglo XI con Almotacín siguió brillando con luz propia por todo el
Mediterráneo, tanto como referencia comercial como cultural.
Bien orgullosos que estamos los almerienses de aquel momento de nuestra
historia, como también de otros anteriores, y como no, otros posteriores.
Lo que parece un contrasentido es que se celebre aquella efeméride al tiempo
que la contraria, es decir, la fundación y la defunción, el bautizo y el
entierro.
Los almerienses que construyeron nuestra Alcazaba, los que pusieron nombre a
la inmensa mayoría de nuestros pueblos, de nuestras montañas y ríos,
aquellos almerienses que se agarraron a su tierra cuando los quisieron
expulsar tras ganarle una guerra, merecen un respeto. Y es que si no
consideramos almerienses a quienes nacieron, vivieron y murieron en esta
tierra durante ocho siglos como mínimo, quienes a día de hoy siguen
dejándose entrever en numerosos apellidos en una línea de sangre
ininterrumpida, casi nadie de los que hoy poblamos esa ciudad y esta
provincia podríamos llamarnos así.
Puestos a recordar la fecha, habría que recordarlo todo, y descubriríamos a
El Zagal, dando cumplimiento a las Capitulaciones firmadas con los Reyes
Católicos, entregando pacíficamente las llaves de la ciudad con el fin de
evitar el derramamiento de sangre de los almerienses, pero Isabel y Fernando
deslegitimaron aquel acto traicionando lo firmado, como luego harían con
Granada.
Los reyes andalusíes de Almería reconocían vasallaje a los reyes
castellano-aragoneses a cambio de conservar la vida, haciendas, cultura,
lengua y religión de la población almeriense, pero eso no fue así
Aquel 26 de Diciembre, “una verde bandera/ que se ha hecho de la aurora
blanca un cinturón” ondeaba en Almería, y no fue hasta cinco siglos después
cuando volvió a hacerlo.
Sinceramente, no vemos que haya nada que celebrar. Recordarlo sí, como se
recuerda el 18 de julio de 1936 o el 23F... que también fueron momentos
históricos.   
JUAN MARTINEZ
SECRETARIO PROVINCIAL DEL PA

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